

"Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio" Michel de Montaigne

Callarte para no ser "tóxico". Estar mudos para no ser "toxico". Esta es la etiqueta que define a un celoso: alguien que busca tener potestad y control sobre las acciones de los otros. Día a día, lo implícito en esta imagen es lo que muchos se dicen a sí mismos para amortiguar la embestida de los celos: ojos que no ven, corazón que no siente.

Somos prisioneros de nuestros sentimientos. Quizá vivimos en un tiempo en donde lo que cada uno define como felicidad tiene que ver con lo que hasta hace poco considerábamos insignificantes emociones. Los celos dan cuenta de ello. Siempre han estado ahí como una suerte de sentimiento minúsculo que se normaliza pero que mantiene presa a la mayoría de personas. Presas de la inseguridad, el miedo y la manipulación

"Los celos son, de todas las enfermedades del espíritu, aquella a la cual más cosas sirven de alimento y ninguna de remedio" Michel de Montaigne